domingo, 20 de febrero de 2011

Hablemos de egoistas...

Vivimos en un tiempo en el cual todo cuanto deseemos esta prácticamente al alcance de la mano, objetos, acciones, relaciones, seres...
Vamos por la vida mirando por encima de nuestro hombro a un lado y al otro , sopesando y escogiendo todo cuanto anhela nuestro ser .
¿Las razones? son tan dispares como lo son esos deseos entre si.
Nos creemos los amos de cuanto nos rodea, incluso de alguno de nuestros semejantes...
A lo largo de este recorrido, nos hacemos con extraordinarios y maravillosos objetos, que pronto dejan de fascinarnos, entonces encontramos algo mas valioso que todo lo pasado y nos hacemos dueños y señores de ellos.
Ellos, tan parecidos a nuestra misma esencia...
Rechazamos en todo momento el hecho de que ellos, al igual que nosotros también son capaces de desear y soñar con brillantes tesoros.
Nos detenemos a observamos y admiramos su belleza,y nos sorprendemos del efecto que puede llegar a provocar sobre nosotros.
Decidimos reanudar el camino y seguimos coleccionando bellas cosas, pero jamás se nos ocurre distanciarnos de nuestro gran tesoro, el cual sigue fascinándonos día a día...
Pasa el tiempo, los meses y las estaciones llegan, incluso los años, y parece que poco a poco nuestro tesoro va perdiendo su lustro, lo miramos y parece no deslumbrar tanto como en el pasado...
Nuestros ojos se han habituado ya a lo bello, tanto que empieza a cansarse de verlo todo el rato, y de vez en cuando, nuestro ser comienza a tomarse la pequeña libertad de apartar de ella su interés.
Alpricipio son cortos y contados los momentos, pero de nuevo el tiempo juega sus cartas, y lo que antes eran momentos efímeros, estos se van convirtiendo en largas horas, incluso días...hasta que nuestro interés se diluye por completo, sí , ha sido tan largo el camino por el que nos ha acompañado, que parte de nuestra propia esencia se ha quedado impregnada en el, sólo por esa razón descarmos el acto de deshacernos totalmente de el, y decidimos guardarlo en el baúl junto a tantos otros tesoros del pasado...

Y hay se queda, en un viejo desván, el ser que no fue mas que el sueño de quien sí pudo ser...

No hay comentarios: